La economía circular ha emergido como una filosofía empresarial esencial en la búsqueda de un futuro sostenible. En este camino hacia la sostenibilidad, el diseño de envases (o “ecodiseño”) juega un papel crucial. En este artículo, desde ReciVeci proponemos una reflexión para las y los consumidores sobre los empaques y envases al momento de elegir los productos que adquirimos en nuestro día a día.
¿Qué valoras más al adquirir tus productos?
Un punto de partida importante para empezar a cambiar nuestros hábitos de consumo, o al menos empezar a cuestionarlos, es preguntarnos por qué compramos los productos que compramos. ¿Qué valoramos al hacerlo? ¿Precio? ¿Calidad? ¿Nivel de responsabilidad ambiental?
Desde la perspectiva de la economía circular, se habla del ecodiseño, un enfoque integral al momento de pensar en los empaques y envases de productos que va mucho más allá de producir envases bonitos o económicos, sino que implica pensar, desde su fabricación, cuál es la ruta que ese material va a tener en términos ambientales hasta su cierre de ciclo.
En ese sentido, desde ReciVeci apostamos por trabajar junto a empresas como Tetra Pak, en quienes reconocemos su compromiso de buscar la producción de envases bajos en carbono, de invertir en procesos que priorizan la renovabilidad del material, ya que el 70% del envase (en promedio) está compuesto por cartón proveniente de bosques gestionados de manera responsable, y una parte, con polímeros provenientes de la caña de azúcar.
La propuesta de gestión de los envases de Tetra Pak es un ejemplo de cómo una empresa puede generar valor agregado asumiendo responsabilidad ambiental al invertir en tecnología, investigación y políticas que faciliten no sólo en el cierre de ciclo del material, sino además, en que la materia prima provenga de fuentes renovables y certificadas, reduciendo la necesidad de extracción de materia prima virgen y por consiguiente, su impacto ambiental.
Gran parte de la responsabilidad recae en las grandes empresas. Son ellas quienes ponen los productos en el mercado y por lo tanto, quienes tienen la responsabilidad de buscar alternativas sostenibles en vista de la emergencia climática que atravesamos. Pero por otro lado, también existe una responsabilidad desde la ciudadanía en los productos que adquirimos, ya que finalmente nosotros/as tenemos la posibilidad de exigir con nuestras compras (o falta de ellas) modelos de producción. A esto se le llama consumo responsable.
Ecodiseño: diseñando para una economía circular
La Fundación Ellen McArthur ha dedicado muchísima investigación al hecho de cómo diseñar para construir un mundo más sostenible del que tenemos. Para efectos de este blog, rescatamos estas citas valiosas a continuación que puedes ver en este artículo.
“Todo lo que nos rodea ha sido diseñado por alguien: la ropa que vestimos, los edificios en los que vivimos, incluso la forma en que obtenemos nuestros alimentos. (...) La realidad es que la mayoría de las cosas hoy en día se siguen diseñando para el modelo lineal. Esto significa que casi todo debe rediseñarse de acuerdo con los principios de la economía circular.
Cuando se diseña algo, se toman decisiones importantes que influyen en cómo se fabrica, cómo se utiliza y qué ocurre cuando deja de ser necesario o deseado. Es muy difícil volver atrás y deshacer los efectos de esas decisiones si más tarde se descubre que producen consecuencias indeseables.”
Fuente - Fundación Ellen McArthur, Design and circular economy - deep dive.
El ecodiseño desde esta perspectiva lo que aboga es por construir modelos productivos que no se centren únicamente en la satisfacción de deseos de usuarios, sino en cómo estos diseños pueden impactar en el entorno en el cual existen. Promueve que se fabriquen productos pensados y diseñados estratégicamente desde sus inicios para tener un cierre de ciclo real, sin afectar negativamente el medioambiente.
Educarnos como consumidores puede cambiar realidades
Volviendo a la responsabilidad (y el poder) que tenemos como consumidoras y consumidores al momento de adquirir productos, cuando hacemos una compra no sólo elegimos lo concreto: elegimos un modelo de sociedad, de producción, y finalmente un modelo de vida. Aunque no seamos conscientes de ello en el día a día, las decisiones no son ingenuas.
Por eso desde ReciVeci te invitamos a involucrarte más en la filosofía de producción que se propone desde la economía circular, y a cuestionar si el producto que está en tus manos está construyendo el planeta que quieres para tu presente y futuro.